Una inspiración para mi ukulele
Cuando uno oye a los Beatles, piensa inmediatamente en Lennon y McCartney; pero se deja de lado a George Harrison. Siempre callado y misterioso, pero autor de piezas tan cálidas y entrañables como "Here Comes The Sun", uno de los aspectos más ignorados de su gigantesca carrera como músico es su amor por el ukulele.

Enormes posibilidades con ukulele
Existe una carta por su puño y letra donde nos habla de la simpleza de sus cuatro cuerdas, de su pequeño tamaño y enormes posibilidades de llevarlo a todos lados. En efecto, los ukuleles son dulces y es imposible no tocarlos sin una sonrisa. Nunca se tienen suficientes. Incluso le regaló un uku a sir Paul McCartney, que traería a su mítica presentación del Zócalo.
Con ese u-bass podría llevar el ritmo de muchas bonitas canciones, un domingo en la mañana en las banquitas de La Bombilla, tarareando "Something" o tonteando notas sin sentido, por el puro gusto de tocar.
Las sonrisas regresan a los rostros, como le gustaría a George.
Rafa González Ramírez
