Existen muchos tabús al respecto de la vida musical de las personas. Que si un niño quiere un instrumento "lo va a botar a las semanas", si lo quieres de hobbie "deberías dedicar tu tiempo a algo útil", si quieres dedicarte a eso profesionalmente "tendrás que conseguir una carrera de verdad", si eres un adulto "ya no vas a aprender", lo que nos lleva aclarar la siguiente pregunta:

Soy un adulto, ¿Puedo aprender aún Ukulele?

La respuesta a esta pregunta es muy sencilla, Sí.

El Ukulele es de los instrumentos más nobles que hay, porque además de su tamaño práctico, y sonido agradable tiene la ventaja de que es sencillo de tocar y de aprender. 

Es real que los niños tienden a aprender cosas de manera más intuitiva, pero eso no limita a una persona adulta poder disfrutar de las cosas que le gustan y de aprender a hacer lo que quiere o siempre ha querido hacer, además que somos más conscientes y eso nos puede ayudar a desarrollar más nuestras habilidades, y en Ukuleleria, estamos seguros de que nunca es tarde para aprender, pero tenemos que poner algunos puntos clave que todos los que quieran tocar un instrumento deberían tener en cuenta.

1- Nadie nace sabiendo:

Todos tenemos que aprender y desarrollar habilidades, nadie agarró un ukulele y supo tocarlo al instante, al principio puede costar un poco de trabajo, pero ¡Hey! alguna vez un productor le dijo a The Beatles que no iban a llegar lejos.

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2- La práctica hace al maestro:

Todo en la vida se trata de hacer y hacer hasta que llegan los resultados, ensaya, practica, estudia, dedícale tiempo a tu instrumento, así vas a ver avances a corto plazo y te vas a ir motivando cada vez más hasta ser un maestro del Ukulele.

3-Haz siempre lo que te nazca:

Que no te importe lo que las personas digan, si algo te hace feliz hazlo, y si tocar el Ukulele es algo que siempre haz querido hacer, llena tu alma de felicidad y ven a Ukuleleria por tu alma gemela, nosotros te motivaremos y te asesoraremos para que encuentres el Ukulele más apropiado para ti.

Ya lo sabes, nunca es tarde para nada en esta vida, al contrario, es muy corta como para perderte los placeres de vivir, y como decía mi mamá: ¡Eres un adulto, tú sabes qué hacer! 

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