¿CÓMO ES ESTE 2020 CUANDO EL MUNDO ENFRENTA EL CORONAVIRUS O COVID-19?
Hace poco, se llegó la fecha de mi cumpleaños, entonces una persona especial dijo que había una bolsa en su locker (donde trabajamos) que la tomara y la llevara hasta mi casa y que no lo abriera hasta la tranquilidad de la noche, al abrir la bolsa había una caja envuelta un tanto pequeña, no muy grande; entonces comienzo a romperla y al terminar vi que era un ukelele, es un sentimiento raro porque es una emoción que no se puede describir fácilmente. Es un
ukelele que había pensado tener algún día, el poder tenerlo es muy hermoso, escuchar cada cuerda al rasguear, en el que al crear sentimientos puedes componer una canción con esas cuatro cuerdas que representarán una sintonía acompañada de letras compuestas por ese mismo sentimiento y ¡Que mejor!, que pueden escucharlo muchas personas que sentirán la magia del sonido que algo tan pequeño puede crear y que despertará recuerdos, sueños, promesas, situaciones. No solo se tiene un ukelele se tiene inspiración, amor, sentimientos, todo eso y más en algo que parece diminuto, pues te das cuenta que es mucho más grande que cuatro cuerdas.
Esa persona especial, me mostro que, si algo bien es cierto, es que no podemos cambiar al mundo, aunque en ocasiones nos lastime, pero somos testimonio de vida para alguien que seguramente el destino pondrá en frente nuestro para hacerle saber que no es correcto dejar que los males habiten e nuestro existir, más bien entender que existen para fortalecernos a base de ellos y no más. Comprendí que en la vida, algunas veces los males son necesarios
para fortalecernos pero comprendí también que en la forma que esos males llegan, deben irse, que sus desastres serán solo pasajeros, de lo contrario lo único que ocasionan es el olvido de sí. Siempre es bueno hacer un pequeño alto y desechar eso que no te es necesario, que eres capaz de llegar tan lejos como te lo propongas, y lo más importante, creer en la persona más valiosa de este mundo, ¡Tú! Porque la fuerza viene de tu interior, es absurdo
depositar tus deseos y tus sueños en manos de quien ni siquiera le dará el valor que tú quieres. La gente va y viene, las circunstancias de la vida no siempre son las mismas, pero de lo que si puedes apropiarte es de cada momento, de cada instante que fue significativo, y atesorarlo para ti, esos momentos te aliviarán el alma cuando más lo necesites y te harán crecer aún más, y tú tendrás las manos libres para seguir caminando sin cargas. Me encuentro muy emocionado, porque ahora ya somos dos en este largo camino llamado vida, mi ukelele y yo, porque sé que la fe y la confianza que yo deposite en él dependerán solo de
mí y de nadie más, porque es tocado con el alma que lo hace vibrar aún más. El ukelele que están regalando lo quiero para ella en gratitud de lo mucho que me ha dado, porque sé que le dará magia al hacerlo sonar.
