Para mí ha sido toda una experiencia el ukulele, me lo regalaron en mi cumpleaños el 19 de marzo, justo antes de que empezará la cuarentena y aunque el encierro ha sido difícil he encontrado un refugio en el.
Desde hace algunos años había intentado aprender muchos instrumentos aunque todos en algún momento me cansaban; pero con el ukulele es diferente, todo fluye, es toda una experiencia cada ves que lo toco y me hace no querer dejar de hacerlo, las marcas en mis dedos me recuerdan todo el esfuerzo y todo lo que ha valido la pena, realmente siento que este es mi instrumento.
Esta cuarentena ha sido muy difícil para todos pero realmente creo que el ukulele es una gran ayuda, con su sonido tan peculiar me puedo sentir calmado, y feliz; creo firmemente que todo el mundo debería tocar un instrumento ya que aún con todo el ruido a nuestro alrededor la música nos hace sentir vivos