Quisiera describir todo lo que me paso ayer, pero me di cuenta de que todo esta sucediendo aquí y ahora.
Y después de estar 7 años siendo fotógrafa documental y de bodas, me encuentro aquí y ahora laborando para la Ukulelería, y con tan solo una semana de pertenecer al equipo y no saber absolutamente nada de ukuleles, excepto tener en la mente la imagen de una muñeca hawaiana con uno de estos instrumentos en sus manos mientras baila, me he dado cuenta que no todo son imágenes referenciales.
Llegue aquí buscando un trabajo cómodo y cercano a mi casa, pero al final del día, termine encontrando eso y más, una intención clara, de lo que es la Ukuleleria, más que una empresa, es el hogar de un instrumento muy fiel a quien quiera aprenderlo.
Cualidades son muchas las que puede haber en este lugar y en los ukuleles, pero una que si se menciona sin duda alguna es que simplemente son maravillosos.
Fotografiar y documentar lo que sucede en este lugar es increíble porque es estar preparado a que justamente algo pase, y el reto es que siempre están pasando cosas interesantes aquí, es uno de los mejores lugares en los que me ha tocado trabajar porque hasta he aprendido a tocar un poco, realmente es muy adictivo.
Y si algo les puedo decir, es que en la Ukulelería todo el mundo es bienvenido y muy bien recibido , para tocar, compartir un escenario, un café, una coyota, y una grandiosa experiencia que te llevaras hasta al final del día…
Por: Itzel Espinosa