¡Llegó el día de muertos! Y todos y cada uno de nosotros estábamos super emocionados, no sólo por lo bonito y significativo del día, sino también por el desfile de catrinas y catrines que año con año organiza la ciudad.

Nuestra emoción también se debía a que por primera vez Guadalajara contaba con una Ukuleleria aquí, en la ciudad, y nos moríamos de ganas por estár presentes en el desfile y hacer mucho ruido.
En ningún momento pensamos en quedarnos con las ganas, así que convocamos a nuestro mejor aliado: ¡Ustedes!
Les extendimos la invitación a acompañarnos y vivir juntos la experiencia de "Ukulelizar" el festival.
Recibimos muy buena respuesta y estabamos totalmente listos y dispuestos a marchar junto a todos los catrines y catrinas en esta festividad tan bonita.

Llegó el sábado y cada uno de nosotros tenía listos sus Ukuleles, pero nos topamos con una sorpresa inesperada...
El clima estaba muy feo, el cielo lucía totalmente gris y la lluvia no dejaba de caer.
Debido a que nuestros ukuleles (y seguramente muchos de los de ustedes), eran de madera, no queríamos arriesgarnos a mojarlos, así que con todo el dolor de nuestros corazoncitos, tuvimos que cancelar el evento.

Pensamos que el día se había arruinado por completo, no habíamos tenido nuestro festival y nos habíamos quedado vestidos y alborotados.
Pero, una vez más, surgió algo inesperado...
Cuando íbamos de regreso a nuestras casitas, tristes y derrotados, casualmente llegamos al lugar donde iba a culminar el desfile.
Lo que nos encontramos fue a un montón de gente vestida de catrinas y catrines, disfrutando de lo ultimo de esta festividad.
El equipo de Ukuleleria, siempre preparado, no quiso perder la oportunidad y aún cuando pensamos que no lo haríamos por las circunstancias, al final la emoción terminó ganando y cada uno de nosotros sacó su Ukulele, nuestra cámara y ¡Listo! La magia comenzó a surgir.

Comenzamos a caminar entre la infinidad de gente, entre las catrines y catrines, al son de canciones típicas del dia de muertos, como "Coco", "Recuerdame" y "La Llorona".
La gente no tardó en unirsenos y juntos cantamos "Cielito lindo", "Piel canela", "17 años", y algunas otras canciones más.
Cada persona que se acercaba lucía una sonrisa inigualable, y aunque no se supieran muy bien la letra de la canción, cantaban con nosotros y las cuerdas de nuestros ukuleles, a todo pulmón.

Disfrutamos como nunca, y aunque fue algo inesperado, sin duda alguna nos quedamos con ganas de más.
¿Nos acompañas a la próxima?