Un concurso muy noble, donde lo más importante es conocer la historia de cada uno.
En instagram hicimos un comunicado donde los convocamos a todos y esta es una de las historias.
Addamari Herrera Lara, Mérida, Yucatán.
Estar en casa en compañía de mi ukulele es serenidad, es poder desconectarme del caos y dejarme llevar, poder sentarme en medio del silencio de mi hogar a la luz de la luna e inspirarme disfrutando del sonido melodioso de las 4 cuerdas que se han convertido en mis mejores amigas.
Cuando toco el ukulele me siento en libertad, como si no estuviera atrapada en casa, lo único que necesito es mi hermoso instrumento, columpiándome en los sonidos que relajan mi mente y mi corazón, haciéndome feliz con cada nota tocada, poder aprender, practicar, componer, tocar, cantar, sonreír, inspirar, todo gracias a ese increíble instrumento, mi favorito.
La situación actual me dio el tiempo que me faltaba y no podía disfrutar a causa de todas mis preocupaciones y frustraciones del trabajo, de la vida universitaria. Ahora nuevamente puedo ser feliz con pequeñas y reconfortantes situaciones como escuchar las melodías compuestas por otros artistas, intentar sacar los acordes y el dolor satisfactorio de los dedos después de haber tocado en todo el día.
Es tanto el amor que le tengo que quisiera que todo el mundo pudiera disfrutar de esta sensación, esta sensación inexplicable; descubrí la felicidad, mi identidad, algo que realmente amo y me hace más que feliz, por ello durante esta contingencia intento enseñarle a tocar a mi sobrino porque me gustaría que las personas que más amo también puedan aprender a sentir esa pasión a través de este instrumento.
Antes de conocer el ukelele era una persona totalmente diferente, no le encontraba sentido a nada, sentía que solo caminaba por las calles sin un objetivo, pero el ukelele me cambio la vida, sí, me la cambio completamente, comencé a sonreír, a disfrutar realmente de la vida, muchos pensaran lo absurdo que suena eso, pero es real, es como si el hubiese cerrado todos mis miedos e inseguridades, gracias ukulele, gracias por convertirme en otra persona, gracias por hacerme feliz solo con tus cuatro cuerdas y sonoras melodías. ❤️